Las pandemias no son biológicas sino moral

Las pandemias no son biológicas sino moral

octubre 30, 2021 0 Por CAP

Uno de los escritores más influyente de la historia,  Albert Camus, el del inolvidable betsseller:  El Extranjero, en su también famosa novela La Peste, nos enseña que las peores epidemias no son biológicas, sino morales, ya que en las situaciones de crisis es cuando se reflejan lo peor de la sociedad 

 

Redacción

La carrera por alcanzar la inmunidad de población contra el covid-19 mediante las distintas vacunas aprobadas se presentó como una lucha desigual entre los países ricos y los países pobres. En una lucha por los distintos laboratorios con el fin de ser el primero en comercializar el fármaco,   por lo que la ciencia humana ha perdido la batalla ante esta enfermedad.

Uno de los escritores más influyente de la historia,  Albert Camus, el del inolvidable betsseller:  El Extranjero, en su también famosa novela La Peste, nos enseña que las peores epidemias no son biológicas, sino morales, ya que en las situaciones de crisis es cuando se reflejan lo peor de la sociedad: egoísmo, falta de solidaridad y la falta de amor.

Con los países ricos acaparando el 70% de las primeras producciones de las vacunas aprobadas, tenemos que los Estados Unidos  vacunado al 55% de su población. Pero Norteamérica no es el primero en este renglón, ya que lo superan países como: España (75,97%), Reino Unido (64%), Canadá (68,66).

Si lo analizamos por bloque,  tenemos que la Unión Europea  tiene 51,87% de su población con dos vacunas. En tanto que en Latinoamérica el porcentaje alcanza el 37%  con una tasa de mortalidad que va por 1,5 millones de personas, aunque los expertos aseguran que son muchos más. Que decir del continente más pobre del mundo: Africa, donde apenas 1,39 de su población se ha vacunado. El principal problema para  América Latina y en el Continente Africano ha sido no sólo los inconvenientes para acceder a las vacunas aprobadas, sino que se han visto arrastrados por las confrontaciones geopolíticas mundiales.

Toda esta situación de desigualdad, de la pretensión de los gobernantes de las grandes potencias de pensar en salvar a su población, trajo como resultado que el coronavirus se propagara de una manera inusual en los países más pobres como la India, Brasil y  comenzará a mutar en otras variantes (Delta y Brasileña) que ha hecho que las vacunas ya no sea eficientes para evitar el contagio y ahora el mundo se enfrenta a una tercera ola del coronavirus más contagiosa y con mayor porcentaje de mortalidad, ya que hasta los momentos el número de contagios en el mundo es de 246 millones de personas y las cifras oficiales de fallecidos es de 4,99 millones

Ahora analicemos lo que nos dice Camus en su libro La Peste:

1) Las peores epidemias no son biológicas sino morales. Las naciones más poderosas del mundo perdieron un tiempo de oro buscando dañar a China, acusándola de haber creado el virus desde un laboratorio. China responde no compartiendo  algunos datos que hubieran facilitado una respuesta más inmediata de la comunidad internacional. Los países y las farmacéuticas se tranzaron una lucha fratricida por ser los primeros en lograr la vacuna. Utilizaron a los medios de comunicación en su guerra sucia, para descalificando sin pruebas  algunas vacunas. La OMS advierte de un “catastrófico fallo moral” por la desigualdad de vacunas entre países ricos y pobres, ya que no cumplieron con el programa “ Covax”, que establece que los países ricos hicieran donaciones para distribuir dosis de la vacuna entre los países más pobres.

2) Egoísmo: Pese a que estamos ante una pandemia que amenaza no sólo la estabilidad económica y social del  planeta, sino la extinción de la especie

Humana. Los países  siguieron exacerbado  su confrontación política interna y externa. El expresidente Donald Trump y sus socios en Europa  nunca dieron una tregua para afrontar unidos este mortal virus. Las grandes potencias siguieron imponiendo sanciones económicas contra otros países sin importarles que lo que está en juego es  la vida de sus ciudadanos. Lo importante es destruir  al otro para imponer su hegemonía sobre los escombros de la humanidad.

 

3) Falta de amor: El hombre ha mostrado su arrogancia y su insensibilidad para con los demás. Las personas que se consideran menos vulnerables contra el virus se burlan de las medidas de bioseguridad y se han convertido en un verdadero peligro, ya que no consideran que por  sus irresponsabilidades son el foco de contagio más peligroso del momento.. Que no decir de las personas más ricas del mundo, cuyas fortunas pasan los miles de millones de dólares que con un solo aporte bastaba para que los países africanos adquirieran las vacunas.

El panorama que se vislumbra en la batalla que el hombre libra contra el coronavirus no es el más alentador. Es por ello que tenemos que volver la mirada a Dios, que es el único que puede cambiarle el corazón a las personas, para que deje a un lado su egoísmo y se unan en un sólo frente de lucha contra la pandemia. Es el momento de amarnos unos a otros como hermanos, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama tiene a Dios como su Padre y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. En esto Dios nos demostró su amor. En que envío a su único hijo al mundo para que tuviéramos vida por medio de él. ( 1 Juan 4: 7-9).